Tras una mañana en la que tuvimos el ya clásico torneo deportivo con nuestros alumnos, la graduación de secundaria fue un momento lleno de emociones a flor de piel. Recordar a nuestro antiguo alumno Rubén fue realmente especial, y contar con la presencia de sus padres y hermana fue todo un privilegio.
Los discursos elaborados por nuestros alumnos nos tocaron la fibra sensible y nos dejaron con los ojos llenos de lágrimas ¡Fue un festival de pañuelos!
Como profesores, nos sentimos muy afortunados de haber formado parte del viaje educativo de Rubén y de haber presenciado su crecimiento. Siempre llevaremos en nuestros corazones esos momentos inolvidables.
¡Enhorabuena a todos los graduados por sus logros y que sigan brillando en su próximo capítulo!
Todo a mayor gloria de Cristo Crucificado.